Las emociones están a flor de piel ante la incertidumbre que genera la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus (COVID-19). Toda la ciudadanía va a sufrir cambios en su estado de ánimo, e incluso podemos desarrollar alteraciones importantes, fruto de varias situaciones:

  • El propio temor al contagio.
  • El bombardeo de noticias sobre este tema en todos los medios de comunicación.
  • La situación generada por las restricciones del libre movimiento de personas y el consiguiente aislamiento en domicilio.

Las personas que padecen una enfermedad mental son especialmente vulnerables ante esta situación. Será frecuente que aparezcan emociones de alta intensidad como nerviosismo, agitación, tensión, sensación de peligro, miedo, pánico… y todo ello en algunos casos podrá derivar en recaídas.

El cierre de los centros de día ocasiona un cambio radical en la forma de vida, que produce cambios significativos en el proceso de recuperación de las personas que asisten a ellos, por lo que es necesario prestar especial atención a las pautas que tendrán que seguirse en el domicilio.

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En la situación actual, la gran mayoría de los recursos sanitarios se están orientando, como es lógico, a la contención del coronavirus y es probable que se hayan anulado consultas de revisión no urgentes en las Unidades de Salud Mental. A pesar de ello, es importante saber que las personas con enfermedad mental no van a estar desprotegidas ni desatendidas si existe una situación clínica que haga necesaria la asistencia urgente, bien mediante la atención por parte de su Psiquiatra habitual o bien en las Urgencias del hospital que les corresponda.

Es posible que con la cantidad de información referente al coronavirus que existe estos días a través de todos los medios, la persona se vea afectada y desbordada debido a:

  • No ser capaz de pensar en otra cosa que no sea la enfermedad o el miedo a enfermar.
  • Necesitar estar permanentemente viendo y oyendo noticias sobre este tema a través de múltiples medios de comunicación (prensa, TV, internet…).
  • Estar en estado de alerta constante, analizando cualquier sensación corporal e interpretándolas como síntomas de padecer la enfermedad.
  • Estar constantemente pendiente y con una preocupación excesiva por el peligro al que están expuestos sus familiares y seres queridos.

Ante toda la crisis del coronavirus, te recomendamos:

  • Tratar de mantener la calma, no entrar en pánico. Consultar únicamente fuentes oficiales para evitar todos los bulos y noticias falsas que corren por las redes sociales y por cadenas de WhatsApp.
  • Saber que, aunque estamos en una situación de emergencia sanitaria mundial por la velocidad de propagación del virus, la mayoría de casos (más del 80%) cursan de forma leve, siendo los síntomas más habituales tos seca, fiebre y dificultad respiratoria.
  • Evitar la sobreinformación: estar permanentemente conectado no hace que uno esté mejor informado y puede aumentar la sensación de miedo y nerviosismo innecesariamente.
  • La salud física es muy importante, pero también lo es la salud mental. En personas diagnosticadas de algún trastorno mental, es fundamental también prevenir recaídas de sus trastornos. Para ello, sería imprescindible:
    • Seguir tomando el tratamiento farmacológico como lo tienen prescrito por su Psiquiatra.
    • Mantener unos hábitos de vida saludables (evitando el consumo de tóxicos, cuidando la higiene personal…).
    • Lograr una buena comunicación con las personas con las que convive, pudiendo transmitirles sus dudas y temores, sintiéndose escuchado y comprendido, pero a la vez no centrando todas las conversaciones alrededor de esta temática.
    • Planificar actividades que pueda realizar durante el aislamiento en el domicilio, que serán fundamentales para que se encuentre distraído, protegiéndole de las preocupaciones por la enfermedad.
    • En caso de presentar síntomas que puedan indicar el inicio de una recaída => consultar a su consultar a su psiquiatra o, en caso de no ser posible, acudir a Urgencias.

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