El auto-cuidado es una herramienta excelente para aumentar la calidad de vida y alcanzar el bienestar físico y mental. En ciertos momentos de tu vida, dejarte cuidar por un profesional es la decisión más acertada

Cuidar-me, cuidar-te, cuidar-nos

¿Qué dirías si alguien te pregunta qué es la salud? Cuando decimos que alguien o que nosotros mismos estamos sanos, solemos pensar que no tenemos enfermedades diagnosticadas. O simplemente, que no nos duele nada, ni nos sentimos mal. Además, al tratar de dar respuesta a esta pregunta, es posible que nos centremos en buscar motivos en el plano físico. Sin embargo, la salud va mucho más allá de la ausencia de una enfermedad. Se define como un estado de bienestar físico, mental y social.

 

Promoción de la salud

shutterstock_624180923A lo largo de la vida, atravesamos momentos en los que padecemos patologías de diversa índole. Enfrentamos situaciones desbordantes, de estrés… En general, vivimos circunstancias con consecuencias en la calidad de vida. En ocasiones, éstas son debidas a factores que no podemos controlar, pero sí podemos prepararnos para afrontarlo y disminuir su impacto sobre la salud.  La llamada “Promoción de la Salud” engloba el conjunto de acciones destinadas a mejorar nuestros componentes sanos, tratando de aumentar su duración e intensidad.

¡Y el modo de promover nuestra salud es tan sencillo como cuidarnos! El cuidado forma parte de las denominadas “Actividades de la Vida Diaria”. Y engloba acciones como el aseo y cuidado personal. También el cuidado del hogar, establecer hábitos de vida saludables y mantener rutinas para tener nuestra vida estructurada y ocupada.

 

Estrategias 

Os proponemos las siguientes estrategias para mantener una buena salud:

Alimentación

Todos conocemos el beneficio para el organismo de llevar a cabo una dieta sana y equilibrada. La alimentación inadecuada es un factor de riesgo para la aparición de sobrepeso/obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión o hipercolesterolemia, entre otros.

Deporte

La práctica regular de ejercicio físico moderado nos ayuda a mantenernos activos y en forma. Entre sus beneficios se encuentra regular nuestro peso, prevenir enfermedades, aumentar la energía, promover el sueño y mejorar nuestro estado anímico. Además, es una poderosa estrategia para desconectar y eliminar el estrés que aparece en esos días “intensos”. ¡Dejemos de buscar excusas y busquemos el deporte que más nos guste y mejor se adapte a nosotros!

Descanso

Resulta fundamental dormir el número de horas necesario para cada individuo y tratar de conseguir un sueño de calidad. Se ha demostrado que el sueño cumple la función de reparación y restablecimiento celular, lo que previene el estrés oxidativo que conduce al envejecimiento y aparición de enfermedades. Además, a corto plazo, permite que a la mañana siguiente nos sintamos descansados y preparados cognitiva y emocionalmente para afrontar la actividad producida durante el día.

Positivismo

Positivismo

Positivismo

Nuestra actitud es imprescindible y significa mucho más que poner buena cara a la vida. Implica aceptar que en ocasiones sobrevienen circunstancias y acontecimientos que no dependen de nosotros; buscar qué aspectos de los mismos están en nuestra mano para hacer que nos sintamos mejor; ver las adversidades como retos y desafíos y no como problemas; buscar diferentes alternativas de solución, teniendo presente sus consecuencias y poner en práctica la elegida como más adecuada; no desanimarnos cuando las cosas no salen como esperamos y buscar otro modo de intentarlo…y es que no debemos olvidar que, en ocasiones, es inevitable actuar por ensayo-error.

Tiempo para pensar

Intentemos dedicar sólo una parte del día a pensar en aquello que nos preocupa y genera malestar. Así tratamos de evitar la interferencia con el resto de actividades y poder disfrutar y realizarlas adecuadamente.

Proponernos metas

Plantearnos objetivos realistas y, preferiblemente, a corto plazo para obtener los resultados en un breve periodo de tiempo y así mantener una elevada motivación por seguir creciendo. Esto no significa que no podamos plantearnos metas a largo plazo, pero podemos descomponerlas en metas más pequeñas para conseguir alcanzarlas con éxito.

Apoyo

Buscar apoyo informativo, emocional o instrumental tanto de nuestro entorno cercano como de profesionales es una estrategia de afrontamiento empleada por todos y beneficiosa para el bienestar. Contar con una adecuada red social y la percepción de apoyo nos reconforta y fortalece para afrontar y superar aquello que nos propongamos. Por cierto, ¡cuando necesites una mano profesional, en ASAPME estaremos encantados de ayudarte!

 

Déjate cuidar

Cuidador

Cuidador

Todo ser humano cuando nace depende de los cuidados de alguien para sobrevivir. Y con mucha probabilidad, a lo largo de su vida, en una o varias ocasiones repetirá esa situación por algún motivo puntual. Por ejemplo, por una enfermedad pasajera o bien de forma permanente por un accidente, una enfermedad crónica o en su última etapa de vida.

Todos sabemos qué significa cuidar. Constantemente ejercemos esa función con nuestros seres queridos de forma natural. Sin embargo, en algunas circunstancias los cuidados debe realizarlos un profesional.

Los cuidados profesionales son ejercidos con pautas adecuadas a la situación particular de dependencia que queremos atender. Se evalúan las necesidades de la persona de forma individual y realista para proporcionar el apoyo necesario para su mayor bienestar integral. Se vela porque el individuo tenga las mejores condiciones de salud, seguridad, comodidad e higiene. Así se asiste en cualquier ámbito susceptible de mejora como pueda ser atención médica, asistencia social, actuaciones en el entorno doméstico y familiar, bienestar psicológico y emocional, etc.

 

Autonomía

No obstante, hay que evitar caer en el paternalismo y romper con el mito de que cuánto más te hago, más te ayudo. La ayuda debe ir encaminada a la mayor autonomía posible. El profesional es punto de apoyo para guiar y sostener, no debe hacer aquello que el otro puede hacer por sí mismo.

Pongamos un ejemplo, si María no recuerda la medicación que debe tomar, es imprescindible mi ayuda para que se la tome y no se produzcan olvidos. Pero si yo voy al armario, la saco, cojo el vaso con agua y se lo acerco a la boca. Cuando ella es perfectamente capaz de hacerlo, no estoy ejerciendo bien mis funciones porque no fomento su autonomía, todo lo contrario.

 

Cuidador

El cuidador profesional sigue unas pautas que comienzan con la evaluación individualizada de las necesidades reales de la persona. Se busca establecer un contacto respetuoso hacia el receptor de la atención y su entorno para guiar y apoyarles en sus dificultades. Hay que actuar sin prisas, dando tiempo para que la persona realice a su ritmo las tareas de las que puede ocuparse, y utilizar todas las ayudas técnicas disponibles y necesarias adecuadas al contexto.

No se puede perder de vista que reducir la carga del cuidador siempre es muy beneficioso, y el cuidador profesional está aportando un soporte social, en los casos en los que los cuidados son realizados principalmente por un familiar. Además, se fomenta la autonomía, preservando las habilidades que todavía se conservan a la par que mejoran las relaciones sociales y la autoestima.

 

Lola Salvador Mazas, coordinadora del Servicio de Atención a Domicilio de ASAPME

Irene Abadía Brocate, experta en Cuidado de Personas  de ASAPME. Graduada en Psicología