En el Día Mundial del Trastorno Bipolar, ASAPME reclama mayor atención a esta enfermedad

  • Más de 11.000 personas tienen un diagnóstico de trastorno bipolar en Aragón
  • Algunos expertos alertan sobre el infradiagnóstico de esta enfermedad y elevan la cifra a más de 40.000
  • Se trata de una de las enfermedades más incapacitantes e incomprendidas

La Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (ASAPME) quiere aprovechar la celebración del Día Mundial del Trastorno Bipolar, 30 de marzo, para reclamar una mayor atención a esta enfermedad. Se trata de una de los problemas de salud mental más incapacitantes y con mayor prevalencia.

El trastorno bipolar, incluyendo también sus manifestaciones más leves, afecta a un gran número de personas, aunque las cifras difundidas son muy dispares. Mientras que la última encuesta del INE sobre salud mental, que data de 2008, establece que el número de aragoneses diagnosticados de trastorno bipolar es de unas 11.262 personas, la OMS estima que la proporción de afectados es del 3% de la población mundial, lo que elevaría la cifra en Aragón hasta las casi 40.000 personas.

La diferencia en las cifras responde a un posible infradiagnóstico de la enfermedad, ya que muchos profesionales destacan que más de un 80% de las personas que sufren un trastorno bipolar no lo saben. Según un estudio de 2014, respaldado por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, existe una “prevalencia relevante de pacientes con trastorno bipolar, la mayor parte no diagnosticados y no tratados adecuadamente”.

El Día Mundial del Trastorno Bipolar se celebra el 30 de marzo para hacerla coincidir con el día de nacimiento de Vincent Van Gogh, pintor holandés diagnosticado póstumamente con esta enfermedad.

El trastorno bipolar supone una alteración la actividad cerebral que se manifiesta con cambios extremos en el estado de ánimo, que comprenden episodios de depresión y de manía o hipomanía (ésta última más suave). Estas alteraciones afectan a los sentimientos, a la salud física, al sueño, la energía, al comportamiento, el nivel de actividad y la capacidad de pensar con claridad.

Es una enfermedad orgánica crónica, con un alto componente genético. Aunque es una afección de por vida, con el adecuado tratamiento es posible llevar una vida normal. En la mayoría de los casos, el trastorno bipolar se trata con medicamentos y apoyo psicológico (psicoterapia).