El Ciclo Psiquiatría para Todos arrancó ayer con una tertulia en la que se abordó esta enfermedad, desde una visión profesional y otra más personal, con el testimonio de dos pacientes
La 4ª edición del Ciclo Psiquiatría para Todos comenzó ayer con una tertulia sobre el trastorno bipolar. Para ello, se contó la participación del psiquiatra Fernando Sopeséns, colaborador y asesor científico en ASAPME, junto a Tina y Antonio, que explicaron cómo es y cómo viven con esta enfermedad. La tertulia estuvo moderada por la periodista Maite Puntes.
ASAPME organiza este ciclo para ofrecer una visión realista de las enfermedades mentales y su abordaje terapéutico, aclarar conceptos erróneos y falsas creencias que rodean los problemas de salud mental. Para ello, cuenta con la colaboración de la Obra Social de Ibercaja y el patrocinio de Janssen.
El trastorno bipolar es una enfermedad que se caracteriza por la existencia de una alteración en los mecanismos cerebrales de regulación del ánimo que se expresa en episodios de síntomas que van desde la euforia a la depresión o la combinación de ambos, denominándose entonces estados mixtos. También puede producirse una aparición rápida de los episodios, denominándose «ciclación rápida» o aparecer síntomas psicóticos.
Se calcula que entre un 2 y un 5% de la población mundial padece esta enfermedad. Aunque el Dr. Sopeséns recordó que es difícil de diagnosticar, la única forma de llegar al trastorno bipolar es mediante la entrevista clínica a realizar por un médico psiquiatra o expertos en la patología. Pero además, hay varios tipos de trastorno bipolar y cada paciente es distinto a otro en sus síntomas y evolución.
Tiene un origen genético y el tratamiento fundamental es farmacológico. En este sentido, recordó que algunas «psicoterapias y, sobre todo, la psicoeducación son un tratamiento complementario eficaz, pero nunca por sí solas sin el tratamiento farmacológico, que es el fundamental».
El trastorno bipolar suele iniciarse entre la segunda y tercera década de la vida pero puede aparecer también en la infancia-adolescencia o la senectud. Afecta tanto a hombres como mujeres, con pequeñas diferencias y se estima que «el 30% de los pacientes tendrán un deterioro de las funciones cognitivas. Se trata de un efecto de la enfermedad, no de la medicación», aclaró el Dr. Sopeséns.
El trastorno bipolar no tiene por qué ser considerado una enfermedad discapacitante, dependerá de cada caso y del deterioro que se origine. Lo que sabemos es que la alteración en los mecanismos de regulación del ánimo se va a mantener a lo largo de la vida, si bien, se puede controlar con la medicación adecuada, sin tomar alcohol y con unos hábitos de vida saludable.
Está considerado como una patología grave en psiquiatría, porque en las fases depresivas, los pacientes se pueden llegar a suicidar. En las fases maniacas se rompe su funcionalidad y, a veces, es necesario pasar por un ingreso hospitalario. Mantener el equilibrio es difícil y también lo es para las familias, comprender y vivir las distintas fases por las que puede pasar un paciente con trastorno bipolar.
La estrecha colaboración entre el médico, la familia y el paciente, hacer un equipo, es importante para el seguimiento y lograr el equilibrio tan ansiado por el propio paciente. Así lo explicaron ayer en Zaragoza, en el Patio de la Infanta de Ibercaja, Tina y Antonio, dos personas con trastorno bipolar que relataron su experiencia y compartieron sus sentimientos y su forma de vivir la enfermedad. Ellos dejaron a los asistentes a la tertulia frases como éstas:
- «Cualquier problema para una persona con un trastorno bipolar se hace más grande»
- «Sola no se puede salir de esta enfermedad, ante un problema de salud mental hay que acudir al psiquiatra»
- «Los diferentes estados de ánimo, el paso de la euforia al estado depresivo. La medicación ayuda a mantener el equilibrio»
- «La euforia conlleva un exceso de actividad y, muchas veces, resulta difícil fijar la atención en algo»
- «La fase depresiva es terrible para el paciente cómo la vive mientras la euforia supone un importante desgaste para la familia»
- «No me he sentido rechazado, pero incomprendido sí. Es difícil que la gente entienda lo que te está pasando»
- «Somos gente normal y tenemos una enfermedad, pediría a la gente que nos vean así, que nos ayuden si pueden»
- «El médico es el único que te puede sacar de donde la enfermedad te deja»
Tina y Antonio coincidieron en subrayar el papel de sus familias en este proceso. Han estado a su lado en todo momento y eso es importante en el desarrollo de su vida y en cómo se han enfrentado a la enfermedad.
Y es que la salud mental es un estado, no una manera de ser. Ante todo somos personas y, como tal, todos tenemos alguna enfermedad. No es una cuestión de conciencia, ni de voluntad.