El 2 de Mayo se celebra el Día mundial contra el Acoso Escolar. Por eso desde ASAPME hemos lanzado la campaña #TengoSuperpoderes, en la que todos podemos participar para luchar contra el acoso escolar.

Cuando hablamos de acoso escolar o bullying, en la terminología inglesa, inmediatamente nos viene a la cabeza la imagen de un niño solitario, melancólico y aislado en un rincón del patio de su colegio. Desgraciadamente, es buen ejemplo de ello. Hace ya tiempo que entendemos que el acoso escolar no solamente puede ser del subtipo físico, sino que también existen otras modalidades, como el abuso psicológico, que puede resultar incluso más dañino, y por supuesto el más olvidado e invisible de todos… el acoso SOCIAL.

Heroes sin capa2Sin embargo, es en estos días de confinamiento por el coronovirus cuando nos podemos hacer una idea de lo complicado que es lidiar con el aislamiento y las sensaciones de desprotección, impotencia e inseguridad. Y si además tenemos la impresión de que hagamos lo que hagamos la situación no cambia, o apenas lo hace, y para más inri todo ello se escapa a nuestro control ¿qué más nos queda por hacer?

Así que pensemos por un momento, ¿qué pasaría si esta sensación fuera tu compañera diaria? Quizás entonces podríamos llegar a entender el sufrimiento al que se ven sometidos las niñas y niños que conviven con ello a diario, y la gravedad de las consecuencias que de ello pueden derivarse, como la presencia de una baja autoestima, ansiedad, depresión, trastornos en la alimentación y el sueño, alteraciones conductuales, así como una bajada en el rendimiento escolar entre otros.

¿Y si el acoso social se combina con el acoso a través de las redes sociales o Ciberbullying?

¿Qué fue antes el acoso social o el ciberbullying? A primera vista puede resultarnos contradictorio relacionar ambos términos, puesto que las redes sociales nos mantienen conectados con las personas de nuestro entorno, más aún cuando son la única alternativa para hacerlo, como está ocurriendo ahora.

No obstante, esto no sucede así en las situaciones de ciberacoso, donde las humillaciones, insultos, imágenes o videos difamatorios, etc., no sólo dañan psicológicamente al menor, si no que además potencian ese sentimiento de soledad y aislamiento con respecto a su grupo de iguales. Con cada me gusta y comparto, el o los acosadores suman un miembro en su bando, reforzando la percepción de exclusión, de no encajar, de ausencia de apoyos en la persona afectada por esos abusos.

Heroes sin capa3Posiblemente, durante el confinamiento este tipo de acoso se haya visto incrementado dadas las características y accesibilidad del mismo, principalmente en el caso de los adolescentes. El anonimato y la facilidad de esconderse tras una red social conllevan actuaciones más agresivas e impulsivas, además de que el hecho de realizase “a distancia” implica por parte del agresor una falta de empatía y de conciencia del daño que puede llegar a infringir. Y si a todo esto le sumamos no poder salir de casa, el aburrimiento, la dependencia tecnológica e incluso adicción a las redes sociales por parte de este colectivo, se crea un caldo de cultivo muy favorable para intensificar este tipo de acoso.

Todos somos responsables y víctimas del bullying

Cuando se produce una situación de acoso, no solo se encuentran implicados los estudiantes que la vivencian, también lo hace toda la sociedad en su conjunto (familias, docentes y profesionales, instituciones educativas, etc.).

La población infantil tiene derecho a asistir al colegio libres de violencia, y todos los que trabajamos o estamos relacionados en alguna medida con el sector educativo somos responsable de que esta premisa se cumpla.

Es nuestra responsabilidad ayudar y apoyar a todos esos héroes sin capa que día a día tienen que enfrentarse a una realidad que puede llegar a consumirles, porque la violencia escolar PUEDE y DEBE prevenirse.

Recomendaciones a las familias

Es fundamental educar y prevenir a los menores ante situaciones que pueden desencadenar en acoso escolar. La prevención es la mejor herramienta para evitar conflictos entre los menores y ofrecerles un empoderamiento para que sean capaces de afrontar situaciones problemáticas de una manera positiva.

Por ello, desde ASAPME hemos elaborado una serie de recomendaciones a las familias de cara a la prevención e intervención ante una situación de acoso escolar:

  • Fomenta el diálogo con tus hijos, programando un tiempo diario para hablar sobre cómo ha ido su día.
  • Enséñale a decir no, respetar a las otras personas y sus creencias, y a valorar las opiniones de los demás.
  • Amplía su red social. Ofrécele diferentes grupos sociales fuera del centro educativo.
  • Fomenta su autoestima. Otórgale responsabilidades en base a su edad y nivel madurativo.
  • Resuelve con ellos pequeños conflictos del día a día utilizando la mediación y valorando diferentes alternativas como respuesta.
  • Realizar un uso ético y seguro de las plataformas telemáticas, concienciando de los peligros de internet y de las redes sociales.
  • Mantener un contacto frecuente, así como una comunicación efectiva con el centro escolar. Ellos disponen de medidas y herramientas para ayudaros en la detección e intervención del problema.
  • Escúchalo y hazle ver que no es culpa suya. La víctima NUNCA es responsable de lo que le ocurre.
  • Muéstrale tu apoyo en todo momento y reconócele su valentía por contar lo sucedido. Que no sienta soledad.

Pilar Cutando

Psicóloga de ASAPME, especialista en población infanto-juvenil