
Una de las imágenes de la guía informativa
Si afrontar el diagnóstico de esquizofrenia es una realidad compleja, en el caso de personas jóvenes, que se encuentran dando los primeros pasos en el camino hacia la vida adulta, puede llegar a ser un proceso lleno de dificultades.
Por ello, la Asociación Madrileña de Amigos y Familiares de Personas con Esquizofrenia (AMAFE), ha puesto en marcha la campaña #PuntodeInflexión, con el fin de lograr que los jóvenes recién diagnosticados crean en su capacidad de recuperación, retomen el control de su vida y adopten este proceso con una actitud positiva.
La iniciativa incluye el acercamiento a los jóvenes a través de las redes sociales, mediante sus canales de comunicación más afines, y la publicación de una guía informativa muy cercana, con numerosos recursos gráficos, que les orienta en sus primeros pasos tras el diagnóstico, aportándoles otro punto de vista y mucha confianza, para que recuperen las ganas de seguir adelante.
Este proyecto ha sido puesto en marcha por AMAFE, que ha contado para la guía con el aval científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) y la Sociedad de Psiquiatría de Madrid, el patrocinio de Otsuka-Lunsdbeck, y el apoyo de ASAPME, junto a otros organismos referentes en salud mental.
En España, alrededor de 400.000 personas conviven con la esquizofrenia. El primer episodio psicótico suele aparecer entre los 16 y los 23 años, momento en el que el joven está construyendo su proyecto vital. “Ante el diagnóstico, muchos jóvenes sienten que ya no tienen el control sobre sí mismos y sobre sus vidas, y esa sensación de pérdida de control tiene un efecto aplastante en la persona”, afirma el psicólogo, José Luis Prieto, subdirector técnico de AMAFE y uno de los autores de la guía.
En la actualidad, los expertos apuestan por la detección y atención temprana para facilitar la recuperación y definen este proceso como algo muy personal, que se manifiesta en un cambio de las actitudes, valores, sentimientos y objetivos de los pacientes.
Por ello, el abordaje global de esta enfermedad incluye el tratamiento farmacológico y la rehabilitación psicosocial, incidiendo en aspectos como la participación de la persona en actividades comunitarias, la orientación laboral y la definición personal de un proyecto de vida en el que la familia y los allegados son parte fundamental.